Damián Carrillo on Facebook

lunes, 22 de setiembre de 2008

DE POR VIDA: 2

A Rita la conocí el segundo semestre de la universidad. El profesor de administración nos nombró grupo de dos para el trabajo de investigación, fue un alivio que lo haya hecho, yo no tengo amigos, y después supe que ella no los necesita. Yo soy el chico extraño, ella la chica nueva de intercambio. Al final de clases me esperaba sentada sobre su carpeta, me presenté, ella me sonrió mirándome a los ojos, sin miedo, sin burla, y me repitió su nombre como tragándose la r. Quedamos en ir a su casa para coordinar lo del trabajo. Cuando vio la camioneta que me esperaba en la puerta de la universidad, me dijo que no me preocupara que ella me llevaría. Daniel, el chofer, se fue con la orden de avisarle a mis padres que yo llamaría más tarde de la casa de ella para que me recogieran, antes de despedirse me guiñó el ojo, Joven haga bien su trabajo. Cruzamos la avenida, justo pasaba un gran bus naranja, y ella hizo señas para detenerlo, pensé que era una broma, se detuvo. ¿Que esperas?, sube, yo pago – me dijo.

Esa fue la primera vez que viajé en bus, en el Covida, hasta el último paradero y de regreso, por que la casa de Rita quedaba pasando la Universidad pero para el lado contrario del primer bus que tomamos. En todo el trayecto Rita no dejaba de enseñarme por la ventana una nueva ciudad, donde yo siempre he vivido pero no conocía y ella lo hizo en una semana de sus diarios paseos en bus. Sólo interrumpía su lección para sacar monedas de su bolsillo y entregárselas a los vendedores de golosinas, a madres con recetas médicas, a exconvictos convertidos en payasos, a mineros sin trabajo, a drogadictos salvados por Dios, a inmigrantes que quieren migrar, a músicos de conchitas y peines... a los seres omnibuspresentes.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente historia! Ojala la continuacion sea muy pronta!

MARIA dijo...

hay tanto delante de nuestros ojos q no vemos, tu estas mostrando la otra cara... o las dos

Lumi dijo...

creo que es maravilloso que nos muestren esas cosas que nunca supimos que estaban.
Un beso y acá seguimos