Damián Carrillo on Facebook

viernes, 19 de setiembre de 2008

DE POR VIDA: 1

Rita se ha ido, aún no me es posible olvidarla, ya hace setenta y tres días de eso. Prometió no escribir, ni llamar, ha cumplido con su palabra. Ella es la reina del olvido, y yo sólo un peón de los recuerdos. Sentado dentro del bus contemplo la calle, el Covida avanza lento, tambaleándose por la Av. Primavera. Llevo mis bolsillos llenos de monedas. Las manías de Rita siguen moviéndome con sus hilos, el viajar en bus a ningún rumbo, el regalar monedas a los seres “omnibuspresentes”, así los llamaba ella. Pronto empezaré un nuevo ciclo en la universidad pero las lecciones que más necesito son las de Rita.

Ni sumando todas mis depresiones superan lo que siento ahora sin ella, he asistido estoicamente desde hace un mes a todas mis citas psiquiátricas de los jueves. El Dr. Cárdenas me insiste en que lo llame Julio, nada de doctor por favor, entonces le digo doc. Con una de sus gordas manos escribe una receta mientras que con la otra se embute el último de los sanguchitos, los cuales nunca he probado, de la bandeja que su asistente pone junto a la dispensadora de café por si el paciente de turno tiene hambre. Se me hace imposible pasar alimento mientras hablo de Rita, me ha hecho falta ayuda para tratar de digerir su ausencia aún así ella se me ha quedado atorada en la garganta.

El bus frena bruscamente, todo su esqueleto rechina, hace que deje de seguir buscando respuestas en el cristal de la ventana. Hay un hombre parado frente a mí con la mano extendida y mostrándome su pierna infectada. Busco en mis bolsillos, saco el frasco de pastillas para llegar a las monedas, le entrego unas y sonrío como lo haría Rita, gracias varón, sigue recorriendo mecánicamente todo el bus, mano extendida, pierna infectada. Sostengo el frasco ante mis ojos, la letra epiléptica del doc en la receta me hizo dudar, pero ahora lo leo claramente, no sé si sonreír o deprimirme aún más, sí Rita la única hija del ingeniero Lin, tengo que tomarla para tratar de olvidarla, Ritalin 20mg, Rita Lin, paradójicamente es mi mal y mi cura.

...continúa.

4 comentarios:

Lumi dijo...

Damian, me alegro mucho de que nuevamente compartas con nosotros tus letras.
desde esta tierra argentina voy siguiendo tus letras.
Un besote

Nikté dijo...

Es sorprendente como pueden marcarnos con las costumbres, las del otro, que no la hicimos nuestras hasta llegado el momento, y el momento llega: El del abandono, y se queda el o ella sin ellos, pero con esos puñados de ritos para no olvidar, no olvidar quienes fueron en nosotros.

Unknown dijo...

Como nos acostumbras, cada historia tuya es mas sorprendente que la anterior.... y como siempre, uno se queda deseando leer mas....

Mixha Zizek dijo...

Muy buen relato, sigo leyendote desde Nueva York hasta donde estes
un beso